Cuando llegó el primer episodio de La casa del dragón, todo parecía marchar acorde al plan excepto por una cosa: no hubo un intro por ningún lado. Y es que una de las cosas que hicieron de Game of Thrones un icono, fue sin duda su secuencia de entrada. No solo fue audiovisualmente atractiva, sino que además era una suerte de instrucción sobre los lugares que se verían en el episodio y sobre la configuración de un vasto mundo ficticio en el que apenas dábamos los primeros pasos.
Por tal motivo, que La casa del dragón no mostrara un intro icónico despertaba todas las alarmas. Sin embargo, pronto los creadores anunciaron que éste no llegaría hasta la liberación del episodio segundo de la serie. Una decisión creativa, explicaron, ya que “parecía que una vez levantado el telón […] una secuencia de créditos se sentía como una indulgencia. Queríamos continuar y contar la historia”, confesaron Ryan Condal y Miguel Sapochnik.
Lo prometido fue deuda y con la emisión del El príncipe pícaro llegó una nueva secuencia de créditos con la música tradicional de la serie compuesta por Ramin Djawadi. En primera instancia podría parecer confusa y con un gran número de símbolos que apenas son reconocibles para el espectador. No obstante, todos ellos guardan un significado. Y el motivo por el que fueron usados en esta ocasión funciona más como un repaso de historia, que como una explicación del correr presente en la trama de la serie.
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