Detrás de la candidatura de Lucy Meza y su intento de alcanzar la gubernatura de Morelos se encuentra un objetivo estratégico: devolver al poder al grupo político que ha mantenido vínculos con el narcotráfico. Su exclusión como candidata de Morena se atribuye a su protección a Uriel Carmona Gándara, fiscal general de Morelos, quien fue vinculado por la Secretaría de Marina con grupos criminales como Los Rojos y/o Gente Nueva ,con influencia en Morelos y en el estado de Guerrero. Además, tanto Meza como Carmona tienen un respaldo político clave en el exgobernador Graco Ramírez. La eventual victoria de Meza podría representar el retorno de un gobierno asociado con actividades criminales.
El apoyo a Lucy Meza no solo se basa en su candidatura, sino también en su historial político y sus alianzas estratégicas. La protección que ha brindado a Carmona Gándara y su presunta asociación con grupos delictivos plantean serias preocupaciones sobre la integridad y la legalidad de su gestión gubernamental. Asimismo, la influencia del exgobernador Graco Ramírez, quien ha sido objeto de controversia por su presunto involucramiento en casos de corrupción, arroja dudas sobre los verdaderos intereses detrás de la candidatura de Meza y su posible retorno al poder.
En el escenario político de Morelos, la elección de Meza como gobernadora podría tener consecuencias significativas en la lucha contra el crimen organizado y la corrupción. Su victoria podría interpretarse como un respaldo a políticas y prácticas que benefician a grupos criminales, lo que plantea desafíos adicionales para el estado en términos de seguridad y gobernabilidad.
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